BUENOS AIRES.- Cuando Wilmar Roldán marcó el final de un partido memorable, histórico para Lanús, el técnico Jorge Almirón salió disparado hacia el centro de la cancha; dando saltos como si fuera un futbolista más de los que habían concretado la hazaña de eliminar a River, tras dar vuelta un 0-2 y ganar 4-2 en la revancha de una de las semifinales de la Libertadores para sellar un global favorable de 4 a 3. “Esto es increíble. El equipo jugó un partidazo. Se veía difícil cuando sacaron la ventaja, pero la única manera de levantarlo dejando todo en la cancha. Estoy orgulloso”, dijo el entrenador emocionado y al borde del llanto.
“Arrancamos muy bien, pero no pudimos sacar la ventaja al comienzo. En el segundo tiempo cayeron los goles en el momento indicado y eso nos dejó vivos. Levantarse fue muy difícil”, analizó Almirón, que ubicó este duelo como el más importante de su carrera. “Los jugadores se lo merecen porque vienen haciendo historia. Se dejó todo, cualquier otro equipo se hubiese entregado, pero ellos nunca lo hacen”, elogió el técnico de los “granates”.
Las finales se jugarán los miércoles 22 y 29 de noviembre, después del receso por la fecha FIFA. Lanús definirá de local el título de la Copa Libertadores, le toque Gremio (ganó la ida en Ecuador 3-0) o Barcelona. El campeón jugará el Mundial de Clubes donde espera, entre otros, Real Madrid.
“Ahora falta lo más importante, pero esto es increíble. Los jugadores se merecen este momento porque enfrentamos a un gran equipo. Vamos a prepararnos para la final. No lo puedo creer”, expresó Almirón, cuyas acciones siguen creciendo a partir de los éxitos.